NITROCIELO
El
retirado y ya anciano general MacCallaghan contempló el cielo con
una mezcla de asombro, inquietud y desconfianza en el futuro. Su
legendaria seguridad en sí mismo y en el poderoso ejército que
había comandado con brazo de hierro se resquebrajó al ver a uno de
sus mejores cuatrimotores surcar el cielo ondeando una pancarta en la
que se leía “Vota Nitrofoska” en letras capitales negras.
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El
general creía firmemente haberlo dejado todo atado y bien atado,
pero algo no estaba saliendo según lo previsto. Y no sabía lo que
era.
Cogió
el auricular del viejo teléfono marca Western Electric, que seguía
conectado con el alto mando del ejército USA y marcó el número 1.
De inmediato una voz le saludó al otro lado y el anciano general
McCallaghan dijo:
—Foster,
¿qué o quién es Nitrofoska?
—No
lo sabemos mi general. Está en todas partes.
—¿Es
usted consciente, Foster, del alcance de lo que está sucediendo?
—Sí
mi general, pero de momento no podemos hacer nada. El nitrofoska, en
origen era un fertilizante artificial, mierda sintética que se
utilizaba para que nuestros vastos campos de soja y maíz creciesen
fuertes, nutritivos e inmunes. Debe tratarse de una mutación,
general McCallaghan, porque ahora todos nuestros jóvenes pilotos
hablan de Nitrofoska, piensan en Nitrofoska, se creen Nitrofoska. Es
una auténtica epidemia, una catástrofe, no sabemos cómo abordar
este caso señor.
El
general McCallaghan colgó su viejo teléfono marca Western Electric
y deslizó la mano hasta el borde derecho de su escritorio de caoba,
donde reposaba su viejo Magnum 44, cargado y bien engrasado, listo
para ser disparado, listo para matar.
Su
viejo teléfono negro con cable marca Western Electric, modelo de
1904 y su Magnum 44 fabricado por Smith & Wesson en 1955 eran las
armas de guerra preferidas del anciano y antaño poderoso general
MacCallaghan. Con su revolver mató seres humanos. Muchos e
inocentes. Luego, con los años, prefirió utilizar el teléfono.
Mediante simples llamadas ordenó bombardear y arrasar decenas de
poblaciones. Muerte y destrucción al alcance de la mano.
Pero
los tiempos han cambiado. Una nueva era ha empezado. Han surgido
nuevas armas, armas biónicas capaces de formar parte del ADN humano.
Armas fuertes y sólidas como una idea indestructible. HAZ ALGO. Un
binomio activo que poco a poco ha entrado a formar parte de la sangre
de todos los seres que habitan la galaxia. Un binomio que ya está
cambiando el universo.
Cohetes
interplanetarios rumbo a Nitrofoska. Astronaves que dibujan el nombre
androide en el cielo. Misiles ondeando nitropancartas. Globos
aerostáticos elevando la campaña electoral binaria a lo alto
del cielo, donde planean los platillos cósmicos. Donde habitan los
sueños.
Vota
Nitrofoska. Haz algo.
©
Max Nitrofoska
© Imágenes de realidad visual: Kristina Olano KRISPO